jueves, 19 de agosto de 2010

Crónica cazallera: La lluvia en Sevilla

Querido público:
Por fin me siento frente al teclado a poneros unas líneas, que más que líneas van a ser fotitos, para que veáis qué bonito es este pueblo que me acoge y que ha tenido incluso el detalle de llover y tormentear un poco para que me sienta como en casa.

Esta es una de las iglesias del pueblo. En su parte de atrás alberga el mercado. El campanario es típico de la zona.
 Otro ejemplo de equipamiento religioso reutilizado: el convento de San Agustín es ahora una fábrica de anisados. Al anochecer hay calles que huelen a anís.

Una actuación mañanera de la banda de música.

Bueno. Esto es todo de momento. Ya os contaré más cosas próximamente.


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8 comentarios:

Antonio dijo...

Sois una Santa. Apuesto por vuestra Beatificación, a fe cierta. Grandes recuerdos del anís estrellado. Si bebes eso, no es bueno combinar con ninguna otra cosa. En dosis únicas es casi letal. Gracias por vuestra sosegada crónica. Disfrutad del encanto

Noemí Pastor dijo...

Antonio, pues he dejado para otro día los azulejos callejeros con santos y vírgenes. Todavía no he probado el anís, y puede que no lo haga, pues a lo más que llego es a la cerveza con gaseosa. Me andaré con cuidado, pues. Te agradezco la advertencia. Disfrutaré. A tu salud.

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Vaya,veo que anda por estos andurriales andaluces, eh!!

Espero que lo estés pasando muy bien y parece que no vas a pasar demasiado calor, así podrás entrar y salir sin demasiados agobios.

besicos muchos

Noemí Pastor dijo...

Hola, Casa. Pues eso espero, pasarlo bien y descansar. Y aquí en la sierra el clima es suave. Saludos.

HLO dijo...

Más que un campanario, es una espadaña. Si te fijas, reproduce el modelo que utilizó Hernán Ruiz en el siglo XVI para rematar la Giralda, con el motivo serliano propio del Manierismo.

(Perdón por la pedantería; otro día seré graciosilla).

Noemí Pastor dijo...

HLO, la pedantería es bienvenida en este blog. Además, así aprendo. Quería documentarme sobre esas incrustaciones de bolas tan de esta zona, pero ando un poco bastante muy vaga.

Caruano dijo...

Hermosa espadaña, y me parece bien que los conventos se reconviertan en templos de alcohol destilado(me imagino a sor Vanessa, borracha perdida, con la botella de anís y la cucharilla cantando "en el borgtal de begléeen ringringgg, yo me regmendagbayomereghmengdé...)
Atentamente.

Noemí Pastor dijo...

Hola, Caruano. Hay otro convento, el de San Benito, reconvertido en hotel y restaurante que habrá que catar. Saludos.