viernes, 28 de junio de 2013

Rupturas




Las rupturas no suceden de repente. Suelen ser consecuencia de una herida lejana. Como en los terremotos, las capas tectónicas presionan en silencio unas contra otras, hasta que al final rasgan la superficie.

La razón de las rupturas, el motivo interno, no sabemos nunca muy bien cuál es, al menos mientras no transcurre un cierto tiempo. Y esa razón no suele ser única; un solo desencuentro o un solo enfado no provocan un terremoto. Además, con el tiempo, aquello que tanto nos hirió se va desdibujando, se le difuminan los perfiles, como a las imágenes de las portadas góticas, y ya no nos provoca tanto mal.

Los amigos no se enfadan de repente. Todo lo contrario: la vida los empuja hacia sitios distintos y esa fuerza rompe la amistad, como cuando tiramos de un lado y de otro de una tela y se rasga.

Y entonces pensamos que cómo es posible que aquella persona que en un tiempo nos fue tan cercana esté ahora tan lejos, cómo puede ser que gentes que estaban tan unidas se comporten luego de manera cruel, con rabia, sin compasión, como un amante torpe.
os convierte en seres vivos. Sin esa fuerza, Herman, los humanos no somos nada.

 
Kirmen Uribe: Mussche, Susa 2012
La traducción y la adaptación son mías.
En español, Lo que mueve el mundo, Seix-Barral 2013
 
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miércoles, 26 de junio de 2013

La búsqueda del tesoro



AndreaCamilleri: La caccia al tesoro, 2010
La búsqueda del tesoro, Ediciones Salamandra 2013
Traducción de Teresa Clavel Lledó

La búsqueda del tesoro es una de esas obras perversas, que empiezan de una manera, te engañan, te acomodan y cuanto más a gusto estás, ¡zas!, te arrean un golpe que te descoloca y te aturde.

Es lo que pasaba en Algo salvaje, la peli de Jonathan Demme con  Melanie Grifith, Jeff Daniels y Ray Liotta. Empezaba como una comedia amable y un poco insustancial, pero, de repente, reparabas en la mirada de Ray Liotta (¡qué mirada la de ese hombre, dios!) y te dabas cuenta de que las cosas habían ido cambiando, que no era broma, que ahí estaban la violencia y el horror.

En esta entrega de Montalbano sucede algo parecido. Al principio es una parodia de esas novelas o películas que particularmente detesto, en las que una malo muy malo y muy astuto pone a prueba al detective y le obliga a desentrañar acertijos y a resolver enigmas endiablados. Todo tiene al principio un tono bufo, burlón, que nos va conduciendo plácidamente a través de varias páginas hasta que, de pronto, se instala la inquietud y luego el espanto.

No falta el elemento repetitivo de las últimas novelas de Camilleri: la jovenzuela deslumbrantemente bella. No he llevado la cuenta de en cuántas entregas de Montalbano surge este personaje con distintos nombres y funciones, pero se ha hecho ya tan habitual como Adelina, Catarella, Ingrid, Mimi o Livia.

Acabo con esta cita impagable que nos regala Montalbano. Os la traigo aquí porque sinceramente creo que os puede ser muy útil en la vida. Es de Donald Rumsfeld, secretario de Defensa de George Bush hijo; cuando, después de haber buscado en Iraq las dichosas armas de destrucción masiva, no las encontraron, este cráneo privilegiado dijo: “La ausencia de pruebas no es una prueba de la ausencia.” De nada.

lunes, 17 de junio de 2013

Lo que mueve el mundo

                ─ Robert, según tú, ¿qué es lo que mueve el mundo? ─le preguntó Herman─. Nietzsche decía que esa fuerza oculta es el poder; para Marx es la economía y para Freud, el amor. Pero, en tu opinión, ¿quién tiene razón? ¿Qué nos mueve? ¿Qué nos empuja?

                ─ ¿Y tú qué crees? ─le espetó Robert para ganar tiempo.

                ─ Yo estoy de acuerdo con Nietzsche: el poder mueve el mundo.

                ─ Yo tengo dudas. Antes pensaba que esa fuerza oscura era la economía; pero no, Herman. Lo que nos empuja es el amor. O al menos eso quiero creer. La palabra alma viene del latín anima, porque, según la cultura romana, eso es lo que nos mueve, lo que nos anima, lo que nos da vida y nos convierte en seres vivos. Sin esa fuerza, Herman, los humanos no somos nada.
 
 
Kirmen Uribe: Mussche, Susa 2012
La traducción y la adaptación son mías.
En español, Lo que mueve el mundo, Seix-Barral 2013
 
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viernes, 14 de junio de 2013

Montalbano y la odonimia



El comisario Montalbano recordó el criterio que todos los registros toponímicos, todos sin excepción, tanto de pueblos como de grandes ciudades, emplean para dar nombre a las calles. 

A las más centrales les asignan nombres de cosas abstractas, como libertad, república o independencia; a las que son un poco menos centrales, de políticos del pasado, como Cavour, Zanardelli o Crispi.

A las inmediatamente contiguas, de políticos más recientes, como De Gasperi, Einaudi o Togliatti. 

A continuación, conforme quedan más distantes del centro, vienen los héroes, los militares, los matemáticos, los científicos, los industriales, y así sucesivamente hasta llegar a algún dentista. 

Por último, en las calles situadas más en la periferia, las más miserables, las que lindan con el campo abierto, aparecen nombres de artistas, escritores, escultores, poetas, pintores y músicos.


AndreaCamilleri: La búsqueda del tesoro, Ediciones Salamandra 2013
Traducción de Teresa Clavel Lledó
La adaptación es mía.